Dónde : San Juan 450 – San Telmo
Cocina: Tipo española
Plazas: Escasamente 10/12 mesas
Precios: Aprox. $30 por persona
Más: El ambiente es familiar con un toque que pretende ser distinguido
Servicio: Bueno, simpático, pretende mas de lo que da.

El Café San Juan es un lindo restó, con detalles como individuales tipo cuero, atención buena y simpática en especial de la señora, casi como en casa. Es original que los platos estén en una pizarra y te la lleven a la mesa para elegir, pero un poco incómodo. El espacio es muy, muy reducido. Las mesas están demasiado pegadas. Si fuman, y... fumas de prestado. Intimidad no hay.
Intenta tener detalles, pero le falta, no hay un criterio. Si pido vino me gusta que me lo sirvan en una copa acorde, cosa que no sucedió.
La comida es buena. Las tapas son ricas, un poco caras en relación a la porción. La tortilla con ajíes son tres tostadas tipo baguete, con una rodaja de tortilla y una tirita de morrón. Muy linda pero pobre para los $8 que cuesta. Muy rico pero es una tortilla de papas... en fin. Nuestra incursión incluyó pasta de aceitunas con anchoas y paté de conejo con confite de ciruelas. También muy sabroso pero la porción escasa. Seguimos con unos mejillones con crema de puerros que estaban buenos, pero no para morirse. Los he comido mas gustosos, como los de Miramar.
En síntesis: la comida está bien, pero las porciones son escasas para lo que cuestan.

Le doy (3/5)

Pato

Cuando leí en la Guía Oleo sobre un barcito en San Telmo en el que se comía muy bien y que de afuera "no invitaba a entrar" creí haber encontrado "el dato" gourmet. Pensé en un lugar tipo Bar Miramar, pero de perfil aún más bajo. Aunque lo que encontré distó mucho de lo que me había imaginado. A mpi el Café San Juan me pareció muy for export, con un salón demasiado apretado para tantas mesas y un poco caro para mi gusto. Los platos no bajaban de veintipico de pesos y las tapas, como dijo Pato, eran caras. Bah, eran aún más caras cuando llegaban a la mesa y eran sólo 3 míseras tostaditas. Eso sí, deliciosas.
Otra cosa que un poco me rompió fue que el lugar era, por tamaño, incómodo. No nos dieron pan hasta casi el final del almuerzo (?) y esa carta escrita en una pizarra era tan pero tan incómoda... Sé que soy medio amarrete, pero insisto: fue caro para lo que comimos. Y ninguno de los platos me voló la cabeza (lo que más me gustó fue el paté de conejo, aunque las tajadas debían ser más finas y estar repartidas en más tostadas )

Le doy (3/5)

Lake

este es un posteio de prueba